
Las hadas de los dientes
Una noche, antes de irse a dormir, a Sofía se le cayó un diente.
Había estado tirando del diente todo el día y, de repente, se cayó.
Ponlo bajo la almohada para las hadas – dijo su mama.
¿para qué quieren mi diente? – Preguntó Sofía.
No lo sé, pero te dejarán dinero.
Sofía puso el diente bajo la almohada y se metió en la cama. Tenía sueño, pero quería ver a las hadas. Mientras intentaba oírlas… una voz musitó desde la almohada:
Izquierda, derecha, agárrate.
Al país de los sueños te llevaré.
Era la cama mágica de Sofía, llevándola a otra aventura. Saltó sobre sus patas y salió del cuarto en un santiamén.
Sofía se sentó y vio que su colcha era ahora un gran par de alas de mariposa que aleteaban a través de un arco iris.
Ya casi estamos – dijo la cama.
¿Dónde? – dijo Sofía.
En el país de las hadas, claro.
Penetraron en silencio en un claro del bosque lleno de flores, y Sofía descubrió que ahora era pequeña como un capullo de rosa ¡Ella y la cama habían encogido! De repente las rodearon las hadas.
¿Has traído un diente? – Preguntó un hada llamada Ambar.
Sofía le mostró su diente.
¡Es precioso! – dijo ella – Sígueme.
Sofía saltó de la cama y descubrió que podía volar. Sus alas diminutas se movían veloces mientras seguía a Ambar hasta una seta.
Aquí hacemos nuestras joyas – explicó el hada.
Dentro había filas de mesas, con duendes que ordenaban y pulían dientes, y hadas que los ensartaban para hacer collares diminutos.
Esos son para los bebes de hadad – dijo Ambar.
Luego llevó a Sofía a conocer a un hada anciana.
- Esta es Jade – presentó . La creadora Real de collares.
Uso los dientes más bonitos y blancos para las joyas de la Reina de las hadas – explicó Jade, y le mostró el collar que hacía.
Necesito un diente más para terminar éste. Tiene que estar listo para el Baile de Verano de esta noche.
¿Servirá el mio? – preguntó Sofía, entregando su diente.
¿Perfecto! Fíjate, encaja justo aquí, en el centro.
Es el diente más importante de todos.
Cuando la creadora real de collares terminó el collar, Sofía lo llevo a la reina, a la que hizo una reverencia algo vacilante.
Bienvenida al País de las hadas – dijo la reina – Y gracias por traer tu diente. Debes venir al Baile de Verano.
Sofía se miro el pijama.
No tengo nada que ponerme.
La Reina de las Hadas agitó la mano y se quedó asombrada cuando su pijama se convirtió en un vestido de baile cubierto de polvo de estrellas. Sofía fue, pues, al baila y bailó con las hadas, y mientras danzaban oyó una voz que musitaba:
Izquierda, derecha, agárrate.
Antes de amanecer a casa te llevaré.
Y en un instante, la cama mágica llevó a Sofía a su habitación.
- ¿han venido las hadas? – pregunto su mama por la mañana.
Sofía miró bajo su almohada. El diente había desaparecido y en su lugar había una moneda de plata.
Qué curioso – dijo su mama- Me pregunto para qué querrán las hadas tu diente.
Para un collar para la Reina de las Hadas – Explicó ella.
¡Claro! – respondió su mama – Cómo no lo pensé. Ahora salta de la cama o llegarás tarde a la escuela.
Cuando Sofía miró su pijama, Vio algo que su madre no había notado. ¡El pijama centelleaba con polvo de estrellas!
Desconozco su autor.