La cama de Sofía

La cama de Sofía

Una fría noche, Sofía metió a sus muñecas y sus osos en la cama, y se acurrucó junto a ellos.
- Noche, noche, a vigilar. A Pepe Escarcha no dejes pasar – cantó su madre.
- ¿Quién es Pepe Escarcha? – pregunto Sofía, adormilada.
- Es quien hace dibujos de escarcha en la ventana y te pellizca la nariz – explicó su madre.
Sofía se puso a contar estrellas. El cielo estaba lleno de estrellas parpadeantes.. y una voz musitó algo desde la almohada…..
Izquierda, derecha, agárrate,
¡Al país de los sueños te llevaré!
- ¿Quién ha dicho eso? – pregunto ella.
- Yo – dijo la cama - ¡vamos allá!
La cama de Sofía comenzó a volar. Pasaron sobre los tejados, rodearon la luna y llegaron a una estrella. Hacía mucho frío.
La cama se había convertido en un trineo, y se deslizaban a toda velocidad hacía un magnífico palacio de hielo.
- Es el palacio de Pepe Escarcha – comento la cama.
Antes de que Sofía dijera nada, los muros de hielo se rompieron, y se encontraron en una sala llena de carámbanos.
- Bienvenida- dijo un hombre, cuyo aliento era tan helado como el viento del norte – llegas a tiempo de ayudar.
Pepe Escarcha los llevó a un almacén lleno de botes de pintura plateada, en cuyas etiquetas se leía: BLANCO ESCARCHA.
- Ayúdame a cargarlos – le pidió Pepe.
- Y no olvides los pinceles. Tengo que pintar muchas ventanas antes de que salga el sol.
Cuando estuvo cargada de botes de pintura, la cama murmuró:
Izquierda, derecha, agárrate
¡Antes de amanecer, a casa te llevaré!
Y en un abrir y cerrar de ojos llegaron a su cuarto.
- Veo que Pepe Escarcha ha estado por aquí – dijo su madre.
Sofía despertó sobresaltada y miró los dibujos plateados de la ventana. Luego vio algo que su madre no había visto: un pequeño pincel plateado en el suelo.
- Si, es verdad- dijo- ha estado aquí.

Desconozco su autor.